jueves, 5 de julio de 2012

E. L. James: Cincuenta sombras de Grey (I)

Título original: Fifty Shades of Grey
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 2011
Valoración: Repugnante

Al final, tras mucho pensarlo, me he decidido a reseñar estas Cincuenta sombras de Grima, digo…, de Grey, a pesar de que no me apetecía mucho hacerlo por pereza, por miedo a ser injusta, por preferir reseñar libros que sí que me han gustado, por evitar trolls avinagrados, y por unos cuantos motivos más… Pero bueno, me he dicho “¿Y por qué no?”, y aquí estamos.

Ahora, a ver por dónde empezamos, porque lo que pienso de este libro daría para muchos post como éste, y no es plan de aburrir al personal.

Vamos allá…

Lo primero de todo, decir que la autora, un ama de casa londinense madre de dos niños y ex trabajadora del mundo de la TV, engendró esta novela (la primera de una trilogía) a raíz de escribir un texto fanfiction (dícese de lo que escriben libremente los fans de célebres libros utilizando a los personajes de sus obras preferidas) derivado de la saga Crepúsculo muy erótico-festivo. La cosa es que su fanfic gustó mucho en la Red, mucho, hasta el punto de que una editorial se lo acabó comprando. Y cambiando de nombre a los personajes de Stephenie Meyer con los que había creado su pieza (Bella Swan por Anastasia Steele y Edward Cullen por Christian Grima, digo…, Grey), y con un poco de chapa y pintura y muchas más líneas, voilà!, E. L. James armó la nueva saga de la que todos hablan (en este caso, más bien “todas”…).

Por cierto, ¿soy la única que piensa que la ensalada de argumentos y géneros en las sagas que de un tiempo a esta parte se han convertido en fenómenos mundiales es algo digno de análisis? Porque, calidades literarias aparte, fijémonos en qué historias tan variopintas son las que contienen las sagas literarias de moda de los últimos años: niño mago enfrentando a un villano de película de Sam Raimi; niña rara que duda entre un vampiro y un hombre lobo; guerra de tronos en un reino imaginario lleno de épica, sexo, violencia y ecos de Tolkien; niña pobre y hambrienta atrapada en una Battle Royale versión Disney, y por último, esto, la fogosa historia entre un joven y rico y guapísimo empresario aficionado a controvertidas prácticas sexuales, y una virginal universitaria atraída por él hasta la médula. Una confesa vuelca de tuerca subidita de tono de la segunda saga mencionada, además. “Porno para mamás” lo han llamado, atroz etiqueta anti-lujuria en mi humilde opinión.

Y ahora debería meterme de lleno en la historia de Cincuenta sombras de Grey, pero casi sin querer acabo de hacer ya una breve sinopsis. Y es que tampoco hay mucho que añadir… Que eso: que Anastasia (Ana para los amigos a partir de ahora) Steele es pálida, morena, virgen, tímida, amante de los libros y que se cree muy poca cosa,  y que un día, por hacerle un favor a su mega guapa mejor amiga Kate, acude a una intimidante empresa para entrevistar para el periódico de la uni a su jefe, un multimillonario de 27 años llamado Christian Grima, digo..., Grey, por el que se siente, al instante, irresistiblemente atraída. Y éste, increíblemente, padece la misma atracción fatal por ella, y la busca, y primero le dice que mejor que se aleje de él, pero ni él ni ella quieren eso, y deciden liarse, sí, y con tal objetivo él la lleva a su mansión de Drácula metrosexual en su helicóptero privado (es que es muy muy rico y muy muy fantasma). Pero cuál es la sorpresa de la pobre muchacha cuando el tipo le dice que lo único que puede darle es una relación basada en el sexo, y sexo de lo más oscuro y salvaje, encima: quiere que Ana se convierta en su sumisa (como sus 15 ex parejas) y que firme un tétrico contrato para comprometerse a jugar con él a base de bondage, fustas, látigos, pinzas, etc.

Vamos, una etapa de transición perfecta para una chica sin experiencia sexual hasta entonces.

Pero Ana le desea taaanto, y sueña taaan esperanzadoramente con salvarle de sí mismo (la joven se huele que hay algún trauma infantil flotando en el aura de Christian), que acepta, y tras ciertas exigencias y cambios en algunas cláusulas (porque E. L. quiere vendernos que, en el fondo, esta sosias de Bella Swan es una tía con mucha personalidad), firma ese contrato de sumisión que no le promete precisamente un novio de esos que regalan cajas rojas de Nestlé y bonos de Spa.

¡Vaya! Acabo de darme cuenta de que me estoy pasando un montón con el espacio… ¿Seguimos otro día? Venga, que sí.

Laters, baby…

Segunda parte del libro: Aquí

8 comentarios:

Maese_Salakov dijo...

De puta madre tu crítica. Ojalá sirva para que la gente se aleje de estos engendros mercantilistas (aunque mucho me temo que ya esté en el namber-uan de libros más vendidos).
¡Bien por tu mala baba! ¡Salve!

Offuscatio dijo...

Para mí, un típico romance al puro estilo de Hollywood; con las mismas incongruencias que se pueden ver en algunas series de televisión como Beverly Hills, 90210. Saludos.

escalerasytoboganes@gmail.com dijo...

Aún no lo he leído pero tengo la intención. Cuando un libro lo lee tanta gente como puede ser este que nos compete o "el código Da Vinci" por poner otro ejemplo; me entra curiosidad; pienso que algo tendrá que tener para que le guste a tanta gente. Y, además, que me gusta opinar con conocimiento de causa.
Por cierto, la reseña me ha gustado mucho :)

Anónimo dijo...

Gracias por tus comentarios, escalerasytoboganes.

Entre tanto ansioso por crear polémicas estilo Telecirco, se agradece que algunos nos comentéis reseñas con respeto y con un estilo sincero y transparente.

Y sí, está claro que si tanta gente lee ciertos libros será por algo, pero otra cosa es que esas obras sean de calidad. Aquí damos opiniones negativa cuando creemos que algunos libros, por mucho que se vendan bien, tienen cosas bastante criticables.

Un saludo.

Yemila

Escorpio. dijo...

Ya llevo dos libros de la saga, y voy por las primeras 150 páginas del tercero. Es verdad, no es un libro digno de algún premio, ni tampoco una obra de arte de la literatura pero es entretenido. Así de simple, es tan pero tan simple (valga la redundancia) que entretiene.

Sobre tu comentario respecto de los tópicos sobre los que se ha escrito últimamente, mejor deberías preguntarte qué pasa con la gente que los lee (asumo orgullosa que soy tan fanática de Harry Potter como de García Marquez).

Y finalmente, se agradece de vez en mes un libro o una historia que no haga que las neuronas crujan tanto sino que entretengan y simplemente sea eso lo que hacen.

Saludos y me gustó mucho tu entrada. Irónicamente es exactamente lo que pienso y es justamente eso lo que me gusta del libro.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Escorpio.

Y en cuanto a leer best-sellers como "refresco", te cuento que yo me lo he pasado muy bien leyendo "Los Juegos del hambre", "Criadas y señoras" y las dos partes de "El diario de Bridget Jones" que, como bien sabrás, ha recibido muchas críticas que lo han acusado de machista...

Yemila

Idealissta dijo...

Gracias!!!! me estaba temiendo ser la única que aborreció este "libro" Si así podemos llamarle. Para erotismo hay autores de sobra, con mucha más clase y con Talento, algo que brilla por su ausencia en este caso.

Anónimo dijo...

¡¡Drácula metrosexual!! Me parto jajajajaja, qué bueno.