jueves, 2 de enero de 2014

Edith Warton: La solterona

 Idioma original: inglés
 Título original: The Old Maid
 Fecha de publicación: 1921
 Valoración: Muy recomendable

 Es una pena que por extensión no pueda transcribir aquí íntegramente el agudo e inteligente postfacio que la traductora de La solterona para la editorial Impedimenta, Lale González-Cotta, hace de esta obra. Porque me ha maravillado ver por escrito y expuestas de una forma tan impecable las ideas y sensaciones que me fueron surgiendo a medida que leía esta gran pequeña nouvelle. En su postfacio, González-Cotta desmenuza con clase la (más compleja de lo que parece) trama de La solterona, analizando a sus personajes y sus comportamientos teniendo en cuenta la época y el entorno en el que se mueven (la Nueva York de los adinerados de principios del siglo XX), expone sus propias impresiones, y enlaza toda esta amalgama de datos y tesis con la vida y la personalidad de su escritora, Edith Warton. Warton, autora también de las célebres La edad de la inocencia y La casa de la alegría, fue una norteamericana de buena familia que sufrió un matrimonio frustrado con un hombre de su clase doce años mayor (las numerosas y públicas infidelidades del tipo la llevaron a pedir el divorcio), que no tuvo hijos, que viajó mucho, y que con poco más de tres décadas de vida era ya autora de una larga serie de cuentos y novelas en los que hablaba de lo que tan bien conocía y le atormentaba: el alto precio que hay que pagar por sentirse aceptado en una sociedad entregada a las apariencias.

Y tengamos en cuenta que hablamos de lo que la alta sociedad pedía a una mujer a finales del siglo XIX, principios del siglo XX.

 No es cuestión de destripar la trama, pero en unas pocas líneas podemos resumirla así: Charlotte Novell, el patito feo de una poderosa familia neoyorquina, contra todo pronóstico, está a punto de casarse con un “buen partido”, pero justo antes de hacerlo, decide revelarle a su fiel amiga/prima Delia un terrible secreto que cambiará la vida de ambas mujeres para siempre ya que ésta última está, en cierto modo, implicada…

A partir de este suceso, Warton teje un nudo y un desenlace que en manos de otro autor podría haber sido el argumento perfecto y estomagante para un culebrón de tomo y lomo; pero la habilidad de la autora para entrelazar esta retorcida historia con críticas soterradas a aquel mundillo que no la trató nada bien cuando se rebeló contra él, es lo que hace de La solterona una exquisita novela corta.

 Y en fin, prefiero que leáis este libro y el postfacio de su traductora en vez de ponerme yo aquí a hablar de cosas tantas veces tratadas como hombres y mujeres que se fuerzan y son forzados a contraer matrimonios sin amor; mujeres que tienen hijos sin desearlo; personas frustradas por no conseguir la ansiada posición social que deseaban; los cotilleos y las marginaciones que deben sufrir aquellos que se escapan del circo social o que pertenencen a sus castas más marginales, etc, etc… Y sí, hablamos de 1921.

PD: hay una adaptación para la gran pantalla con la hipnótica Loba, Jezabel, Baby Jane de Bette Davis como protagonista.

2 comentarios:

Letras con la sopa dijo...

No conocía este libro de Wharton. Leí La edad de la inocencia hace unos cuantos meses y me quedé con ganas de leer algo más de ella. Iba a escoger La casa de la alegría, pero creo que voy a optar por este.

Anónimo dijo...

Gracias por el comentario. Ya nos dirás qué te ha parecido...

Yemila