viernes, 19 de agosto de 2016

Bohumil Hrabal: Clases de baile para mayores

Idioma original: Checo
Título original: Pábiltelé
Traducción: Jitka Mlejnková y Alberto Ortiz
Año de publicación: 1964
Valoración: Recomendable

El abuelo Cebolleta es, probablemente, el personaje más recordado del famosísimo comic de Vázquez “La familia Cebolleta”, de gran éxito en la España de los 50 y60. Este personaje, con su pie vendado, su barba blanca, su bufanda y su bastón, se hizo tan famoso que ha pasado a formar parte del lenguaje popular para referirse a personas cuyo único afán es relatar, una y otra vez, sus supuestas peripecias y batallitas de sus años mozos.

Pues bien, el protagonista de esta gamberrada perpetrada por Bohumil Hrabal podría ser perfectamente el “alter ego” checo del abuelo Cebolleta.

Tal y como se nos cuenta en el prólogo, el protagonista del libro es el tío del autor, de nombre Pepin. Un hombre al que le falla la memoria, desaseado y del que, según su familia, las mujeres se reían. Un hombre del pueblo, y de ahí el uso de la jerga y del lenguaje coloquial en el libro, dotado de una verborrea prodigiosa.

Gracias a esa verborrea, el bueno de Pepin, ya de avanzada edad, se lanza a un monólogo, que ocupa las 110 páginas del libro, con el que relata a una mujer, a la que todos los días lleva un ramo de rosas sustraído de jardines ajenos, todas sus batallitas: las del servicio militar y la guerra en tiempos de Maricastaña (léase, en tiempos del Imperio Austro-Húngaro), sus viajes en busca de trabajo, sus conquistas o intento de conquistas amorosas, anécdotas sin importancia, etc.

Fruto de su estado en el momento en que se lanza a narrar sus historietas, el monólogo resulta completamente caótico, lleno de saltos en el tiempo y asociaciones de ideas inconexas. Pero también está lleno de ironía, ternura y un gran sentido del humor.

Porque he de admitir que, pese a que probablemente sea una obra menor dentro de la extensa carrera de Hrabal, con este libro me he reído (y mucho) y he pasado un rato de lo más entretenido. Que no es moco de pavo, oigan.

2 comentarios:

Carlos Andia dijo...

Pues qué quieres que te diga, Koldo, yo no acabo de pillar el humor checo ése. Puede que en esta novela se aprecie mejor -al menos, para nuestro gusto, más mediterráneo-, pero yo recuerdo 'Trenes rigurosamente vigilados' y me costó bastante encontrarle la gracia.

Bueno, igual es que me cogió en época refunfuñona, jeje.

Estupenda reseña, hermano.

Koldo CF dijo...

Gracias, crack!
He de admitir que es el el primer libro de Hrabal que leo. Y es un auténtica gamberrada. Así que algún otro caerá seguro