viernes, 3 de febrero de 2017

Semana de la Revolución Rusa #5: Manuel Chaves Nogales: El maestro Juan Martínez que estaba allí

Idioma original: español
Año de publicación: 1934
Valoración: imprescindible

Ahí va.
"Los bolcheviques se creyeron que lo iban a arreglar todo a su gusto, de golpe y porrazo. Querían meter las narices en todas partes y se pusieron a trabajar con tan buena fe y tanto entusiasmo que, aunque no se quisiera, se les tomaba simpatía. Trabajaban día y noche patrullando por las calles con el fusil a la espalda o en aquellas oficinas desmanteladas, en las que garrapateaban bonos, salvoconductos, órdenes de requisa, autorizaciones y prohibiciones, hasta que caían rendidos de fatiga, extenuados, con los ojos desorbitados por la fiebre y el sueño, como si fuesen ojos de cristal. Se quedaban dormidos en medio de la calle, apoyándose en el fusil con la bayoneta calada, o sobre los pupitres en que trabajaban, con la turbia cabezota rodada sobre los papelotes, los trozos de pan negro mordisqueado y los charquitos de té donde abrevaban las moscas. ¡Daba pena verlos! Pero no se podía uno enternecer demasiado. Cuando después de dar unas cabezadas los ponían en planta otra vez, tenían un malhumor y una ferocidad que espantaban a la gente pobre que había de tratar con ellos. Irritables, violentos, desesperados, le descerrajaban a uno un tiro o lo mandaban a la cárcel por menos de nada. Así, a trastazos, somnolientos, llenos de ira y miedo - muchos tenían miedo, se les notaba-, querían inútilmente poner orden en las cosas y resolver de plano los innumerables pleitos que la población hambrienta, hostil y desesperada les planteaba a cada instante. Entre ellos mismos no se entendían; lo que prohibían en un sitio lo autorizaban en otro; cada bolchevique ponía una ley, se aceptaba y se procuraba cumplirla; pero detrás de aquel bolchevique venía otro que, fusil en mano, exigía todo lo contrario. Al principio, procurábamos amoldarnos y obedecer; hacíamos escrupulosamente cuanto mandaban las patrullas que iban, casa por casa, dictando su voluntad; pero empezamos pronto a darnos cuenta de que lo más prudente era decir que sí a todo, esquivar aquellos locos que reventaban de fatiga para salirse adelante con la suya, sin saber a ciencia cierta lo que querían, y que cada cual se bandease como pudiera. No valía nada la sumisión. Era inútil ir a pordiosear a los comisarios, que no sabían por dónde andaban. Y, a fin de cuentas, lo mismo le daban a uno un tiro en la cabeza por obedecer a los bolcheviques que por no obedecerles."
Al lío: más de uno por ahí que paseaba con su madre y cosas así debería tomar este libro y aprendérselo de memoria. Recitar unos cuantos párrafos cada noche (en vez de ponerle velas a la estampa de, no sé, Felipe González) y averiguar, que su tiempo le llevaría, cómo se puede tratar temas graves y solemnes sin abandonar cierta pose de sarcasmo o de estupor o de cruel sorpresa, cómo se puede escribir tan bien sin abandonar el trato coloquial y hasta la jerga y cómo se puede ganar uno a pulso que se le pueda considerar una obra capital para comprender ciertos hechos.

Hace unos días, y después de que Montuenga me aconsejara (¡gracias!) esta obra ante mis dudas sobre mi aportación a esta Semana Temática Uladiana, vi una lista en la red en que Luis Solano, editor de Libros del Asteroide, ponía en primera posición esta obra (incluso por delante del canónico Robertson Davies) entre sus favoritas del catálogo de la editorial. Diez ediciones ya. Y ya os lo digo: en cada hogar debería haber un ejemplar. Porque esta novela que parece una crónica representa algo que hoy día cuesta tanto encontrar. Humildad y sensatez. La historia del bailarín de castañuelas que, alejado de su país en compañía de Sole, su mujer, se dedica a ir de un lado a otro buscándose la vida hasta, 1917, meterse en la boca del lobo. Estaba allí. Y la sencillez con que lo cuenta, la enorme trampa en que Chaves Nogales nos mete, está al alcance de muy pocos. Su suerte va empeorando y él no se lamenta, se conforma con seguir adelante y subsistir, mantenerse a flote en ese mar que cada vez se tiñe más de rojo. Petrogrado, Kiev, Odesa. Particularmente Kiev, ciudad en la que es testigo de los diversos relevos en el poder mientras las distintas fuerzas van conquistándola y abandonándola, con el hostigamiento de una población famélica y asustada que no sabe a qué atenerse, que acaba jaleando al que primero abucheaba.

Sin juicios de valor, (Martínez reitera constantemente que no entiende de política), Chaves acaba calando en lo más hondo. Poco sospechoso de simpatizar con las derechas, la clase dominante que acaba haciéndose con el poder de la URSS no sale nada bien parada. Corrupción, robo, comportamiento oligárquico, decisiones erráticas y represión paranoica y sangrienta la que acaba sufriendo aquel pueblo al que decían estar llamados a proteger. Un totalitarismo ocupando la silla del que han despojado a otro. Las peripecias, aventuras que se suceden y que adoptan tonalidades trágicas descritas de forma a la vez humana y con un tono de auto-protección, algo distante, pues, en tiempo de guerra ha de prevalecer cierto sentido práctico; así que nada hay que siente mejor que ver que las mayores desgracias no le suceden a uno mismo. Que se va siguiendo adelante. La naturaleza humana, sus capas y sus contradicciones, su adaptación al entorno que se manifiesta en las condiciones más extremas y en las necesidades más acuciantes. La picaresca, el estraperlo, el rápido y astuto cambio de bando para garantizarse el par de días siguientes. Menudo escritor.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta los huevos de las recuperaciones de escritores caidos en el olvido. Hace 3 años nadie tenía ni zorra del tal Chaves, hoy en día no puedes entrar en internet sin contemplar el onanismo constante causado por el gran escritor.

Cuando de por rescatar a Alejandro Sawa, Macedonio o Arlt se os va a colapsar el cerebelo.

Saludos

Francesc Bon dijo...

Querido Anónimo: si has leído el párrafo que afanosamente he transcrito supongo que celebrarás que un escritor así se recupere o no se permita que su rastro se evapore. Y lo mismo con tantos otros. No es que haya muchas editoriales enfocadas a la búsqueda constante de las nuevas promesas. Ni voy a ser yo quien haga una interpretación apocalíptica de esta situación. Gracias por leernos y comentar.

Anónimo dijo...

Si me parece bien que se rescaten. Lo que me parece absurdo es que se nos haga pasar por la hostia en bicicleta escritos ya publicados hace mil años. Al mismo tiempo que resulta irritante la falta de personalidad de los suplementos por reseñar a los mismos al mismo tirmpo. Pienso en Lucia Berlin por ejemplo..

Saludos

GGN dijo...

Pues para mí Manuel Chaves Nogales es imprescindible, al menos crónicas como 'A sangre y fuego' y 'La defensa de Madrid'. No importa quién lo rescató o defendió, fuera Andrés Trapiello o quien fuera, y tampoco si lo hizo por motivos ideológicos, porque los motivos literarios bastan.

Esta novela todavía no la he leído, pero después de la reseña la subiré unos cuantos puestos en mi lista. Tengo una pregunta, Francesc: ¿cómo definirías el género? ¿Novela? ¿Crónica? ¿Híbrido? (No creo que Chaves Nogales estuviera por hacer experimentos de género, pero quién sabe...)

Anónimo dijo...

Haruki Murakami publicara su nuevo libro en febrero...a los detractores de Haruki que se vayan tomando su medicina y que vayan preparando su vomitadera de descalificaciones para el bueno de Haruki...mientras tantos los demas a disfrutar de uno de los mejores escritores...saludos y no se muerdan la lengua que se envenenan...bye

Marc Peig dijo...

A pesar de lo que pueda sospechar algún miembro del equipo de colaboradores de ULAD, no he sido yo el autor del anterior comentario anónimo… aunque podría ;-)

Dicho esto, le diré al autor del comentario anónimo anterior que efectivamente Murakami publicará nuevo libro (el 5/4 por lo que tengo anotado) y que no le quepa duda que será reseñado en este blog. Espero que el libro profundice más en la parte literaria que ya avanzó en “De que hablo cuando hablo de correr” donde ya daba alguna idea sobre su proceso de escritura (al menos en lo tocante a sus rutinas).

Aunque Murakami sea un autor que tenga muchos detractores, también tiene otros tantos admiradores y, mientras yo siga siendo miembro del equipo de ULAD, siempre tendrá en mí un admirador que le defienda a capa y espada pero, a la vez, con la objetividad necesaria para criticar un libro suyo si no cumple con las expectativas (cosa que ocurre pocas veces). Ya tengo ganas de que salga este nuevo libro, que la espera ha sido larga.

Gracias por enriquecer el blog con los comentarios y por defender a Murakami.

PD: detractores, ¡sed buenos! ;-)

Juan G. B. dijo...

Murakami no existe: son los padres ; )

Anónimo dijo...

Jajaja muy bueno Juan G. B.

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

En el caso de Chaves Nogales la "recuperación" no es tal, sino más bien revelación o des-cubrimiento, pues siendo un autor fundamental, en los manuales de literatura en que muchos estudiamos era totalmente silenciado, como si nunca hubiera existido, por razones ideológicas, mientras sí se nos hablaba y obligaba a leer a escritores de muy inferior nivel literario. Por eso leer ahora a Chaves Nogales es corregir esa injusta omisión, llenar una laguna que intencionadamente se nos provocó, y completar una página de nuestra literatura moderna.

Marcela dijo...

Francesc! ¡Que forma de abrir el apetito con tu reseña. La voy a leer como imprescindible! Les agradezco a todos, su esfuerzo, entusiasmo y entrega, al describir sus lecturas/reseñas.... Saludos

Francesc Bon dijo...

Buenas, y gracias por los comentarios. Recalcar mi agradecimiento a Montuenga, cuyas recomendaciones seguiré a rajatabla, aún más, de ahora en adelante. Hay que reivindicar a los buenos escritores, sean de hace mil años o de hace diez minutos. A GGN le diría que no sé en qué género encuadrarla. Parece muy vivida para ser una novela pura. Y una crónica así, si yo la escribiera, la firmaría con nombre propio. Qué gran concepto la hibridación. Y el mestizaje y el melting-pot. La referencia a Berlin me parece un poco forzada. Otra escritora extraordinaria que había que evitar que quedara enterrada por el lodo de la historia.

Anónimo dijo...

Cual sería el mejor libro de Nogales? Saludos

Lázaro Martínez dijo...

Sin duda, A sangre y fuego. Y después La bolchevique enamorada.

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Primer libro del autor que leo. Según el autor, cuenta lo que Juan Martínez le relata cuando lo conoce en París, y no sé si será verdad, pero tal como lo hace, yo me lo creo. Es una fascinante historia contada con toda su crudeza pero con una sencillez que uno se queda con ganas de más. Ciertamente, debería ser de lectura habitual en institutos. Para mí, imprescindible.

Como siempre, enhorabuena.
Toni

Francesc Bon dijo...

Pues muchas gracias, y desde luego no veo ningún libro de Chaves Nogales que no sea interesante.

Deme dijo...

Para mi el mejor libro de Chaves Nogales junto con Belmonte, una estupendísima biografía. Las peripecias de Juan Martínez son impagables y Chaves da, creo, lo mejor de sí. Ayuda y mucho a relativizar muchos comportamientos que son juzgados con ligereza y enfocando por encima del hombro, obviando muchas veces el contexto. No hace mucho salió a la luz el carné creo que de la CNT de Paco Martínez Soria, artista cuya ideología es absolutamente conocida. Entonces no pude sino sonreír acordándome del pobre Juan Martínez. Don Paco tuvo sencillamente que adaptarse a los tiempos para trabajar entonces y no hizo mal a nadie con ese carné (como tampoco hizo mal a nadie después con su ideología, la contraria, gustara más o menos). Ni es criticable ni contradictorio, las circunstancias muchas veces obligan. Primum vivere.

Imprescindible Juan Martínez.









pipo dijo...

Este si que es bueno de verdad y se lee de un tiron.